Estas
son los principales recursos a los que apelo para tratar con mi hijo.
Obviamente, no siempre funcionan y a veces debo reconocer que pierdo la
paciencia antes de usarlos. Cada niño es diferente, pero tal vez les puedan
servir a ustedes.
Mantenerme
tranquila
Facil
decirlo, lo sé, pero si mi hijo me ve alterada por su comportamiento, se porta
diez veces peor.
Cambiar
de tema
Si la
conversación se complica y veo que se acerca la tormente, cambio de tema
inmediatamente. Preferentemente uso una frase disparatada que hace que mi hijo
se ría.
Muchos
elogios
Aunque
el logro sea pequeño, me aseguro de que mi hijo sepa lo orgullosa que estoy de
él. Trato de preguntarle cómo lo hizo para que vea que realmente me interesa.
Lista
de habilidades
La
autoesima de mi hijo no es muy alta. Cada fracaso parece enorme, especialmente
si se trata de algo que su hermano u otros niños hacen bien. Es por eso que
cuando se siente fracasado enumero las cosas que él hace bien. Esto lo llena de
orgullo y lo hace sentir orgulloso.
Tareas
chicas y de a una
Es muy
difícil para mi hijo recordar varias indicaciones juntas, o realizar grandes
tareas. Es por eso que trato de reducirlas. Por ejemplo, en lugar de decirle
que se vista, se lave los dientes y se peine, le voy dando las indicaciones de
a una a medida que las va terminando.
Cuadros
de responsabilidades
Es muy
difícil que mi hijo recuerde todo lo que tiene que hacer durante el día, por
eso todas las semanas imprimo un cuadro de responsabilidades y lo pego en la
puerta de la heladera. El va marcando las tareas a medida que las termina y ve
qué le falta. Al final de la semana, recibe un premio de acuerdo con su
actuación.
Premios
Stickers,
salidas especiales, algun libro, dinero... hemos probado todos, especialmente
en relación con el cuadro anterior. A medida que mi hijo crece, los premios
cambian, y las responsabilidades también. Siempre nos ponemos de acuerdo acerca
del premio que recibirá por alguna labor en especial (casi como si fuera el
pago por su trabajo). Muchas veces recibe premios inesperados ante
circunstancias especiales que demandan un esfuerzo extra de su parte.
Sueño
A mi
hijo le cuesta mucho dormir, por eso la rutina del sueño es sumamente estricta
en mi casa. Siempre se acuesta a la misma hora, mira un programa en la
televisión o lee un libro, la luz siempre está prendida, la almohada siempre
tiene una funda "fría" (las sábanas de franela están prohibidas), la
puerta está abierta, etc. Algo que es muy importante para él es el ruido,
siempre tiene que estar prendido el televisor, aunque con volumen bajo, porque
si no escucha lo que el llama "la radio de mi cabeza" y no puede
dormir.
Risa
Siempre
encuentro algo de qué reir en todas las cosas que suceden. A veces la gente no
entiende de qué me río, pero realmente prefiero reir antes que llorar.
Vergüenza
Algunas
cosas que ha hecho mi hijo en público hicieron que deseara evaporarme, pero
estoy aprendiendo a no dejarme influenciar por lo que la gente piensa. Después
de todo, mi hijo no puede ser como es, y eso es lo que me digo a mi misma una y
otra vez en esas situaciones.
Abrazos
A mi
hijo le encantan los abrazos y las expresiones de afecto. A mí también.
Salidas
Algunas
veces, cuando siento que no puedo más y se me acaban las fuerzas o la
paciencia, pido a alguien que cuide a mi hijo y salgo a caminar, o a tomar
café, sola o con amigos. Aprendí que si no me cuido a mi misma, no podré
cuidarlo a él.
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